Silencio y Sombra: El Caso de Sofía Benítez y la Deuda de la Justicia

Opinión08/10/2025Redacción El CaudilloRedacción El Caudillo
Opinión - Julio Palavecino (7)

La muerte de Sofía Benítez, la joven de 25 años que fue abandonada en estado crítico por dos hombres en el Centro de Salud de Villa Primavera y que finalmente falleció en el Hospital San Bernardo, nos golpea con una brutalidad que va más allá de la tragedia individual. Su caso, envuelto en el dolor de una presunta sobredosis y el misterio de las circunstancias que rodearon sus últimas horas, es un crudo recordatorio de las fallas institucionales que a menudo dejan a las víctimas, y a sus familias, a la deriva.

La opacidad del traslado y la ausencia de respuestas

Los hechos son concisos y escalofriantes: una joven es dejada en una sala de guardia, trasladada a un hospital de alta complejidad, donde lucha por su vida durante días, y finalmente muere. La información preliminar, que habla de una supuesta sobredosis, apunta a un contexto de consumo problemático o narcotráfico, y la presencia de dos hombres que la abandonaron genera una sombra inmediata de sospecha. ¿Quiénes eran? ¿Por qué la dejaron y huyeron? Estas son las preguntas que la sociedad exige y que, hasta ahora, parecen diluirse en la reserva de la investigación.

La Fiscalía ha informado que la autopsia preliminar descartó signos de abuso o violencia física, lo cual es un dato importante para la causa. Sin embargo, la reserva total que se mantiene, si bien se justifica para “evitar el entorpecimiento” de las diligencias, no puede ser un manto de opacidad que oculte la inacción o la lentitud. El padre de Sofía clama por justicia, y su voz no puede ser un eco solitario en el desierto burocrático.

El Silencio Policial y la necesidad de celeridad

El reclamo de un “poco accionar por parte de la policía” resuena con fuerza. En un caso donde la celeridad es crucial para identificar y rastrear a los dos individuos que trasladaron a Sofía, cualquier demora o falta de diligencia es inaceptable. ¿Se tomaron declaraciones de manera inmediata y exhaustiva? ¿Se analizaron las cámaras de seguridad del Centro de Salud de Villa Primavera y las posibles rutas de escape? La policía, como brazo ejecutor de la justicia, tiene la obligación de actuar con contundencia y rapidez, especialmente cuando la vida de una persona y las circunstancias de su muerte están en juego.

Un caso de esta naturaleza, una muerte en un contexto de vulnerabilidad y misterio, con terceros implicados, exige una investigación que vaya más allá del mero protocolo. Requiere la urgencia y la sensibilidad que corresponden a una posible muerte evitable. La falta de noticias concretas sobre la identificación de los hombres o avances significativos en la causa alimenta la percepción de que, una vez más, las instituciones no están a la altura del desafío.

Una cuestión de prioridad y compromiso

La muerte de Sofía Benítez debe ser un llamado de atención. Más allá de la causa final de su fallecimiento, el hecho de que una joven haya terminado sus días en tales circunstancias, con personas que optaron por abandonarla en lugar de quedarse y dar la cara, subraya la urgente necesidad de un compromiso estatal en la lucha contra el narcotráfico y en el abordaje de las adicciones.

Pero, ante todo, es un examen para nuestro sistema de justicia y seguridad. El esclarecimiento de este caso no es solo una promesa para una familia de luto, sino un mensaje a toda la sociedad: que en nuestra provincia, la vida de una joven importa, y que quienes intenten encubrir o huir de su responsabilidad encontrarán la respuesta firme e implacable de la ley. La memoria de Sofía y la búsqueda de su verdad merecen que el silencio y la sombra sean reemplazados por la luz de la justicia.

 

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