
Triple crimen de Florencio Varela: El caso que nos obliga a reflexionar
Opinión26/09/2025
Redacción El Caudillo


El triple crimen de Florencio Varela, donde fueron brutalmente asesinadas las jóvenes Brenda Castillo (20), Morena Verri (20) y Lara Morena Gutiérrez (15), expone una de las caras más oscuras y aterradoras de la irrupción del narcotráfico con una violencia inusitada en el conurbano bonaerense y más allá.


Este no es un crimen más. La investigación apunta a una venganza narco presuntamente orquestada por un capo criminal, conocido como “Pequeño J”, de nacionalidad peruana y vinculado a la Villa Zavaleta (11-14), luego de que una de las víctimas fuera acusada de robar drogas y dinero. La planificación, la saña y el modus operandi del crimen, incluyendo torturas y el intento de descuartizar y ocultar los cuerpos, señalan la aplicación de códigos de violencia extrema propios de organizaciones criminales que buscan dejar un mensaje de terror e impunidad, posiblemente vinculaciones al Tren de Aragua, organización criminal transnacional de origen venezolano .
El horror se profundiza aún más con la hipótesis de que las torturas y asesinatos habrían sido transmitidos en vivo a través de redes sociales para un grupo cerrado, reafirmando el componente de sadismo y la intención de demostrar el cumplimiento de las órdenes del líder narco.
El caso nos obliga a reflexionar sobre varios puntos críticos:
· La Narcocriminalidad como Estructura de Poder: El hecho de que una deuda de drogas desemboque en un triple asesinato con tal nivel de crueldad, demuestra el enraizamiento y la capacidad de estas bandas para establecer su propia “justicia” paralela, desafiando al Estado y a las instituciones. La búsqueda de la víctima más vulnerable, y el castigo desmedido aplicado también a sus acompañantes, configura un acto de terrorismo criminal.
· Asesinato y Explotación: Aunque el móvil inicial sea un ajuste de cuentas, la forma en que fueron atacadas y eliminadas las víctimas, jóvenes y en una situación de vulnerabilidad social y económica (una de ellas, Lara, aparentemente vinculada a la prostitución), debe ser considerado también como un triple homicidio. La mujer en el entramado criminal suele ser doblemente victimizada, primero explotada y luego castigada con la máxima violencia.
· Respuesta Judicial y Política: La rápida detención de cuatro personas (dos hombres y dos mujeres) y la intensa búsqueda del presunto autor intelectual son pasos necesarios, pero insuficientes. Este crimen exige una respuesta del Estado que trascienda la investigación de un caso puntual y aborde de manera frontal el avance de la narcocriminalidad organizada, desmantelando sus bases operativas y sus redes de protección.
El clamor de la sociedad, de las familias y de los movimientos feministas es unánime: Justicia para Brenda, Morena y Lara y un basta definitivo a la impunidad con la que operan estas mafias en el país.


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