El presidente de Bolivia admitió el trato hostil que reciben los argentinos y promovió cambios en el turismo

Noticias04/12/2025Redacción El CaudilloRedacción El Caudillo
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El presidente de Bolivia, Rodrigo Paz, decidió encender una alarma que suena hace años pero que su país nunca quiso escuchar: el maltrato a turistas en las zonas fronterizas. Con una autocrítica que llega tan tarde como tímida, reconoció que visitantes de Chile, Uruguay, Paraguay y, sobre todo, de Argentina, son recibidos con trabas, abusos y un clima que desalienta a cualquiera que pretenda conocer Bolivia sin terminar arrepentido en la primera estación de servicio.

Paz admitió que apenas cruzan la frontera, muchos viajeros se topan con policías y empleados que les niegan combustibles, los increpan o directamente los “saquean” en Villa Montes. Así, sin eufemismos. Y fue aún más contundente respecto al destrato hacia los argentinos, quienes históricamente ingresaron a Bolivia con la idea —o la ilusión— de un trato fraterno entre pueblos que comparten frontera, comercio y raíces. Esa hermandad, tan proclamada del lado argentino, hace rato que no encuentra reciprocidad del otro lado.

“Llega el argentino a Villa Montes y lo están bolsiqueando”, reconoció el propio mandatario, dejando en evidencia una práctica que no solo espanta al turismo, sino que expone un problema diplomático que Bolivia elige minimizar mientras se sorprende por la caída de visitantes. En Argentina, en cambio, los ciudadanos bolivianos son recibidos con apertura históricas y un discurso oficial que siempre apostó a la integración regional, incluso cuando el trato no fue exactamente parejo.

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