El relanzamiento del Plan Güemes y los desafíos de un desarrollo sostenible para Salta

Opinión07/07/2025Redacción El CaudilloRedacción El Caudillo
Editorial - Julio Antonio Palavecino

El reciente relanzamiento del Plan Güemes en la provincia de Salta, ha vuelto a poner sobre la mesa la discusión sobre el desarrollo estratégico de nuestra región. Este plan, que evoca la figura de Martín Miguel de Güemes y su espíritu de lucha por la independencia y el bienestar del pueblo, se presenta como una hoja de ruta para impulsar el crecimiento económico y social de Salta en los próximos años. Sin embargo, como toda iniciativa de esta magnitud, su implementación genera expectativas, pero también plantea interrogantes y merece un análisis crítico sobre sus alcances y posibles limitaciones.

En primer lugar, es innegable la necesidad de una planificación a largo plazo para abordar los desafíos estructurales que persisten en Salta. La pobreza, la desigualdad, la infraestructura deficiente y la dependencia de sectores económicos volátiles son problemáticas que exigen respuestas integrales y coordinadas. En este sentido, el Plan Güemes, al intentar establecer ejes de acción en áreas clave como la producción, la infraestructura, la educación y la salud, busca sentar las bases para un desarrollo más robusto y equitativo. La articulación de esfuerzos entre el sector público y privado, un aspecto que se ha destacado en su presentación, es fundamental para movilizar los recursos necesarios y potenciar la inversión.

No obstante, la historia de los planes de desarrollo en nuestra provincia y en el país nos enseña que la mera enunciación de objetivos no garantiza el éxito. Una de las primeras críticas que surgen es la falta de detalles concretos y de indicadores medibles que permitan un seguimiento riguroso de su progreso. ¿Cuáles serán las metas específicas en cada área? ¿Qué cronogramas se establecen para su cumplimiento? ¿Y cómo se garantizará la transparencia en la asignación de recursos y en la ejecución de los proyectos? Sin una hoja de ruta clara y un sistema de rendición de cuentas robustas, el Plan Güemes corre el riesgo de convertirse en una mera declaración de intenciones, sin un impacto tangible en la vida de los salteños.

Otro punto crucial es la sostenibilidad del desarrollo propuesto. Si bien se celebra la apuesta por diversificar la matriz productiva y generar empleo genuino, es fundamental analizar si las estrategias planteadas son compatibles con la preservación de nuestros recursos naturales y la protección del medio ambiente. Salta es una provincia con una rica biodiversidad y ecosistemas frágiles, y cualquier plan de desarrollo debe incorporar la dimensión ambiental como un pilar fundamental, no como una externalidad. ¿Se han contemplado estudios de impacto ambiental exhaustivos para los proyectos de gran envergadura? ¿Se priorizará la inversión en energías renovables y prácticas productivas sostenibles?

Cabe señalar, que la frontera norte de Salta es un epicentro de la economía informal, donde el contrabando de mercaderías (desde cigarrillos y hojas de coca hasta combustibles y electrodomésticos) no es una actividad marginal, sino el principal motor económico para gran parte de su población. Esta realidad, si bien proporciona un sustento precario a muchas familias, genera graves distorsiones, fomenta la ilegalidad, atenta contra la recaudación fiscal y vulnera los derechos laborales y la seguridad de quienes participan en ella. Reconocer que la informalidad es una estrategia de subsistencia, y no una simple elección delictiva, este debería haber sido el punto de partida para diseñar un plan que trascendiera la mera represión del delito y apuntara a una transformación estructural.

Considero que el relanzamiento del Plan Güemes podría haber sido una oportunidad para Salta. Sin embargo, su éxito dependerá mayormente de la voluntad política, y también de la capacidad de transformar las intenciones buenas en acciones concretas, transparentes y sostenibles. Es fundamental que este plan se convierta en una herramienta genuina para mejorar la calidad de vida de todos los salteños, y no en un simple eslogan de gestión. La observancia de la ciudadanía y la exigencia de resultados serán clave para asegurar que el legado de Güemes inspire un futuro de desarrollo real y equitativo para nuestra provincia.

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