Rayos X en la cárcel: No hay protección, ni protocolo, y los "conejillos de india" son los guardiacárceles

Salta02/12/2025Redacción El CaudilloRedacción El Caudillo
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En la Unidad Carcelaria 1 de Villa Las Rosas están pasando cosas. El Ministerio de Seguridad instaló un nuevo scanner de rayos X para reforzar controles, pero quienes pagan el costo son los guardiacárceles de la plana baja. Uniformados que hoy están asustados, porque nadie les explicó qué riesgo real implica exponerse a radiación ionizante sin equipo de protección, sin manual técnico y en una sala armada con simples paredes comunes y paneles de durlock.

A diferencia de cualquier sala de rayos X en hospitales —donde los técnicos usan delantales plomados, cabinas blindadas, dosímetros y protocolos nacionales obligatorios— en Villa Las Rosas el scanner ya se usa solo sobre el personal raso, mientras que jefes, directivos, plana mayor del SPPS e incluso docentes que entran al penal no pasan jamás por la máquina.

La situación generó miedo y desconcierto entre los propios trabajadores. Técnicos consultados en materia de protección radiológica advierten que los scanners corporales utilizan radiación ionizante de baja dosis pero acumulativa, que según normativas internacionales exige equipamiento especial y estructuras blindadas. La exposición repetida, aun en valores considerados “mínimos”, puede aumentar riesgos de cáncer de piel, afecciones hematológicas, problemas oculares y alteraciones celulares, especialmente cuando no existe control dosimétrico ni medidas de blindaje. Es por eso que hospitales, aeropuertos y áreas de seguridad serias operan estos aparatos con personal entrenado y barreras reales, no con durlock.

Pero en la cárcel más grande de Salta, el panorama es otro: no hay manual de procedimientos, no hay capacitación, no hay ropa plomada, no hay dosímetros, no hay cabina, y ni siquiera está claro quién autorizó la operatividad del equipo sin garantizar seguridad radiológica. Más grave aún: el scanner todavía no se aplica a visitas ni internos justamente porque no existe protocolo… pero sí los hacen pasar a los guardiacárceles. Son ellos los que están siendo usados como “conejillos de indias” para probar el aparato.

Uniformados advierten que nadie del Ministerio de Seguridad ni de la Jefatura del SPPS les dio una explicación formal, un estudio técnico, un informe de impacto o una certificación de seguridad. Lo único confirmado es la exposición diaria a radiación en un ambiente sin blindaje. “Los jefes no pasan. Solo nosotros. Eso ya te dice todo”, contó una fuente a este medio.

Mientras el Gobierno vende “seguridad”, los trabajadores del penal sienten que están siendo sacrificados en silencio. Si el ministro y la cúpula del servicio creen que el equipo es seguro, deberían ser ellos los primeros en pasar por la máquina. Si no, ¿qué tan seguro es un scanner que solo se aplica a los subordinados?

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