IPS y Círculo Médico: arreglaron en minutos lo que hicieron sufrir a los afiliados durante días

Salta26/11/2025Redacción El CaudilloRedacción El Caudillo
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El conflicto entre el Instituto Provincial de la Salud (IPS) y el Círculo Médico de Salta (CMS) finalmente se “resolvió”. Hubo reunión, hubo sonrisas, hubo “buen entendimiento” y hasta promesas de trabajar juntos. Todo muy cordial. Todo muy repentino. Todo muy fácil. Tan fácil, que obliga a hacerse una pregunta elemental: si podían llegar a un acuerdo, ¿por qué no lo hicieron antes de tener de rehenes a miles de afiliados?

Durante días enteros, los afiliados quedaron varados, sin certezas, sin turnos, sin prácticas médicas y sin profesionales disponibles. Horas perdidas en llamados, trámites cortados, calendarios suspendidos, tratamientos pausados y la angustia constante de depender de un sistema que jamás piensa en ellos. Porque tanto el IPS como el Círculo Médico jugaron con la salud como si fuera una ficha de negociación, un número contable o una pulseada interna que nada tiene que ver con la necesidad real de la gente.

Hoy, ambas instituciones anuncian la renovación del convenio y prometen mesas de trabajo, modernización, diálogo y “priorizar al afiliado”. Lo dicen después de haberle dado la espalda a esos mismos afiliados que se quedaron sin cobertura, sin atención y sin el derecho básico a elegir cómo y dónde ser atendidos. Porque ese es otro punto que nadie menciona: los salteños no pueden elegir otra obra social. Están atrapados obligatoriamente en un sistema que los usa como moneda de cambio.

El IPS pagó la deuda, el CMS aceptó, firman, sellan y brindan. Pero, ¿por qué hicieron falta días de caos para que hagan lo que podrían haber hecho desde el primer minuto? El daño ya está hecho. Y la sensación es una sola: a las instituciones no les importa el afiliado; les importa sostener sus disputas internas mientras la gente queda en el medio, sola y a merced de decisiones que jamás se toman pensando en ellos.

Hoy celebran un acuerdo. Pero los únicos que no tienen nada para festejar son los afiliados, que una vez más quedaron expuestos ante la precariedad de un sistema que los abandona cuando más lo necesitan.

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