Toman clases en salones parroquiales, el Gobierno paga por parte el alquiler y el sacerdote advierte que cambiará las cerraduras si no hay solución

A solo dos semanas del inicio del ciclo lectivo, los problemas de larga data que atraviesan las distintas instituciones de la provincia comienzan a reflotar y a exigir soluciones inmediatas. 

La escuela primaria, Padre Rafael Gobelli de Embarcación atraviesa una problemática ya que sus alumnos se encuentran repartidos en dos edificios diferentes desde el 2022, debido a serias fallas edilicias que venía presentando, inclusive antes que el Ministerio de Educación resuelva dividir a los alumnos para garantizar la continuidad de las clases. 

En el caso de los niños de educación inicial, hasta el año pasado ,venían tomando clases en un salón acondicionado para fines educativos que se ubica frente a la institución, mientras que los estudiantes de nivel primario lo hacían en los salones parroquiales de la iglesia del pueblo.

Sin embargo, este 2025, el sacerdote Juan José Manzano, encargado de la parroquia expresó su disconformidad con la tardanza que está presentando la culminación de obras de la escuela y exigió una resolución inmediata, debido a que la iglesia no puede continuar prestando el lugar para que los chicos tomen clases.

Manzano disparó contra el gobierno y dijo que al principio se habían comprometido a pagar un arancel mensual en concepto de alquiler por la suma de $120 mil, pero con el tiempo el trato comenzó a flaquear y el ejecutivo le mandaba el dinero por partes, resultando insolvente para los gastos que surgen en la parroquia debido a el consumo de energía, entre otros, que se da en tiempo de clases. El sacerdote contó que solamente en luz, ya se está pagando una boleta de 700 mil pesos y que con lo que gira provincia no alcanza ni para la cuarta parte de lo que se gasta. 

Por otro lado, Manzano dijo que cuando esto surgió; la promesa del gobierno fue que en 9 meses se resolvía la situación y que luego los niños volverían al edificio escolar, sin embargo, esto no ocurrió y el tiempo se extendió por casi tres años. 

Además, el religioso insistió en su molestia y advirtió que, si no es escuchado, cambiará las cerraduras de los salones parroquiales para que nadie pueda ingresar.

Cabe recordar que la escuela Padre Rafael Gobelli alberga alrededor de 200 niños entre ambos turnos que continúan esperando volver al edificio escolar de origen.