Traiciones, éxito desmedido y un brutal crimen mafioso: Se cumplen 28 años del horrendo final del cantante de Karicia

Noticias14/08/2025Redacción El CaudilloRedacción El Caudillo
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Carlos Chávez Navarrete, cantante peruano, llegó a Argentina en 1990 junto a José Carlos "Cholo" Olaya. Juntos, fundaron Karicias, un grupo icónico de la música tropical que conquistó escenarios por todo el país. Sin embargo, la relación entre los dos hombres se deterioró a mediados de los años 90, iniciando una cadena de eventos que culminarían en un trágico desenlace. Esta es una historia de traición, violencia y retribución.

La ruptura se agravó cuando Chávez Navarrete sorprendió a Olaya registrando como propios los hits de Karicias. Posteriormente, saltó a la luz un oscuro secreto: Olaya era el padre de uno de los hijos de Chávez Navarrete. La tensión alcanzó su punto máximo el 6 de abril de 1996, cuando el cantante fue atacado y recibió nueve disparos mientras esperaba un transporte para un show. Tras varias cirugías, Chávez Navarrete se recuperó, pero tuvo que abandonar Karicias y fundar una nueva banda, Karakol. No obstante, las amenazas de muerte persistieron, aún marcando su vida.

La noche del 13 al 14 de agosto de 1997, el desenlace fatal se materializó. Convencido por una mujer identificada como "La Reina", Chávez Navarrete subió a un Ford Falcon que aparentaba ser un remís, solo para caer en una trampa mortal. Durante el trayecto, dos hombres se unieron al viaje, revelando la amarga realidad. Los secuestradores lo llevaron a un descampado en Alejandro Korn, donde le dispararon en la nuca y le propinaron diez disparos más.

A partir de este crimen, las investigaciones se centraron en Olaya, quien logró escapar a Chile. Aunque fue detenido allí, terminó liberado y actualmente sigue siendo un fugitivo como autor intelectual del homicidio. Por otro lado, su chofer, Jorge "Tortuga" Pavón, fue arrestado más tarde; le prometieron 50.000 pesos por el asesinato, pero solo recibió 2.000 y una condena a perpetua en 2001.

Después de años de impunidad, “La Reina”, quien resultó ser Sandra Edith González, fue arrestada ocho años después del crimen. González, al momento de los hechos una de las secretarias de Olaya, fue acusada de "homicidio triplemente agravado por alevosía". Según las autoridades, su papel fue fundamental en la traición, al involucrar a Chávez Navarrete en una relación amorosa que lo llevó a su trágico destino.

La historia de Carlos Chávez Navarrete no solo es un recordatorio de la fragilidad de las relaciones humanas en el mundo de la música, sino también un claro reflejo de la violencia que puede surgir de la ambición y la traición.

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