Tragedia en Av. Paraguay: Manejaba borracho y se llevó cinco vidas puestas, ahora ofrece plata a cambio del silencio

Salta01/07/2025Redacción El CaudilloRedacción El Caudillo
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Pasó más de un año desde la madrugada más oscura que recuerde la Avenida Paraguay. Era el 17 de marzo de 2024 cuando cinco jóvenes perdieron la vida en un instante brutal, atropellados por un auto que viajaba a más de 130 kilómetros por hora. Más de diez heridos, familias destruidas, y una ciudad que aún no encuentra consuelo. Hoy, la tragedia se ensombrece aún más por una denuncia tan grave como indignante.

Inés Fernández, una de las sobrevivientes, rompió el silencio. Estuvo al borde de perder una pierna, aún camina con dolor, pero lo que más le pesa no es solo el cuerpo: es la impunidad. Según contó públicamente, desde el entorno de Luciano López —el conductor imputado— intentaron comprar su silencio. Le ofrecieron 75 millones de pesos para repartir entre las víctimas, en un supuesto intento por lograr un juicio abreviado que rebaje la condena. “Quizás a mí me daban cinco millones, a mi hija dos, y a otros siete”, relató con bronca y tristeza.

López, que tenía 22 años cuando manejaba con 1,02 gramos de alcohol en sangre, embistió al grupo de jóvenes y escapó. Fue detenido horas más tarde. Hoy sigue en la Alcaidía Judicial, pero el juicio parece lejano: el abogado de Inés teme que recién llegue en 2026. “Fueron cinco muertes; no puede demorar tanto la Justicia”, reclamó ella. “No es justo que por tener dinero alguien pueda salir libre tan pronto”.

Las víctimas fatales se llamaban Florencia Acosta, Sergio Veisaga, Brian Digan, Karen Marín y Ruth Tabarcache. No son números. Tenían vidas, sueños, familias. Aún hoy, sus nombres resuenan en cada marcha, en cada rezo, en cada grito de justicia.

Mientras tanto, sus seres queridos enfrentan no solo la pérdida, sino la lentitud judicial y ahora también el peso de una negociación que muchos consideran moralmente inaceptable. Dicen que el tiempo cura todo. Pero hay heridas que el tiempo no toca. Y hay silencios que gritan más fuerte que nunca.

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