La justicia salteña en su laberinto de vínculos, sospechas y excusas. Ahora Castiella creó una Unidad Fiscal por la muerte de Cordeyro

Salta14/10/2025Redacción El CaudilloRedacción El Caudillo
cordeyro

Ante el misterioso fallecimiento del excomisario Vicente Cordeyro, el Procurador General decidió crear una flamante “Unidad Fiscal Especializada”. Porque, si algo no avanza, siempre se puede inventar una oficina más.

La muerte de Cordeyro, hallado sin vida en San Lorenzo bajo circunstancias que aún nadie se atreve a explicar del todo, ahora quedó en manos de Santiago López Soto y Daniel Espilocín, dirigidos por el Fiscal de Impugnación Ramiro Ramos Ossorio

El fiscal original del caso, Gabriel González, pidió apartarse. No por falta de tiempo o de interés, sino porque —según el comunicado oficial— también integra el equipo que lleva la acusación contra los hermanos Saavedra por el femicidio de Jimena Salas. ¿Y qué tiene que ver eso? Todo, aparentemente. Resulta que una de las hijas del excomisario Cordeyro fue pareja de uno de los Saavedra, con quien incluso tuvo una hija. En Salta, los casos judiciales ya parecen más una novela de enredos familiares que una investigación penal.

La Procuración, en su intento por mostrar transparencia, citó incluso el artículo 77 del Código Procesal Penal, recordando que se busca “asegurar una tutela judicial efectiva” y “despejar todo atisbo de desconfianza”. Palabras impecables… aunque la desconfianza ya se instaló hace rato.

Porque mientras los fiscales redactan resoluciones con aire de imparcialidad, la causa Cordeyro se hunde entre el humo de las especulaciones mediáticas, los vínculos cruzados y el típico sigilo del poder judicial cuando algo no cierra. La autopsia dice una cosa, los trascendidos otra, y el silencio institucional lo completa todo.

Lo cierto es que el excomisario apareció muerto, con signos de ahorcamiento y lesiones por fuego, y la historia se volvió tan turbia que el Ministerio Público decidió reorganizar su propio tablero antes de aclarar los hechos. Una jugada preventiva que huele más a control de daños que a búsqueda de verdad.

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