Desprecia el estudio, es uno de los empresarios más ricos de La Rioja a costa del trabajo esclavo y ahora quiere gobernar Salta

Salta06/08/2025Redacción El CaudilloRedacción El Caudillo
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Alfredo Olmedo no pierde oportunidad de recordarle a la sociedad su ambición política: ahora confirmó su deseo de ser gobernador en 2027, asegurando que su espacio, La Libertad Avanza, “está listo para hacerse cargo del gobierno provincial”. Pero detrás de la postura grandilocuente y las críticas fáciles, hay una historia que el salteño promedio no debería pasar por alto.

Olmedo es mucho más que el personaje pintoresco de campera amarilla y frases hechas. Es un empresario con una fortuna amasada en la provincia de La Rioja, donde posee fincas dedicadas al cultivo de aceitunas. Hasta ahí, podría parecer un ejemplo de éxito productivo. Pero los allanamientos por explotación laboral, trabajadores hacinados, sin agua potable, sin baños, sin derechos, y bajo condiciones infrahumanas. Olmedo no solo ha sido denunciado en reiteradas ocasiones, sino que ha tenido que enfrentar causas que lo expusieron públicamente como uno de los exponentes más crudos del neofeudalismo agroindustrial.

Y por si fuera poco, en la misma provincia donde explota trabajadores en las fincas, posee el hotel más caro y exclusivo, una postal obscena de lujo que contrasta con la precariedad de sus empleados. Un símbolo perfecto del modelo que pregona: concentración, desigualdad y desprecio por el trabajador.

La figura de Olmedo ha estado salpicada por múltiples situaciones polémicas, muchas de las cuales nunca se esclarecieron del todo. Su conducta pública demuestra una sistemática desvalorización de la educación, el esfuerzo intelectual y la movilidad social.

Cuando se le presenta una pregunta incómoda o un debate profundo, Olmedo recurre a su latiguillo preferido: “¡Vayan a levantar una pala!”, como si eso bastara para construir una provincia más justa. Pero el problema no es la pala, sino lo que representa en su boca: una mirada reduccionista del trabajo, que castiga la formación académica, la superación y los derechos laborales. En lugar de fomentar que las juventudes estudien, accedan a mejores empleos y aspiren a condiciones laborales dignas, romantiza el esfuerzo físico bruto como única vía de mérito.

¿Esa es la propuesta para Salta en 2027? ¿Una provincia gobernada por un empresario con prontuario laboral, ostentaciones insultantes y un discurso autoritario que desprecia la inteligencia?

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