¿Recorte o decisión política? El Gobierno reduce presupuesto pero se niega a mejorar la Copa de Leche

Mientras el Gobierno de Salta habla de “eficiencia” y “prudencia financiera” para justificar el recorte del 20% al presupuesto de la Copa de Leche, lo que no dice —y debería explicar— es por qué decidió achicar en lugar de mejorar un programa clave para miles de estudiantes que dependen de esa ración diaria para completar su alimentación. Al menos eso se desprende de lo publicado este miércoles en el Boletín Oficial y que lleva la firma del director ejecutivo de la Agencia de Contención y Desarrollo Comunitario, un controvertido empresario amigo del diputado nacional Pablo Outes, llamado Pablo Guillermo Peñalba.

Actualmente, la Copa de Leche funciona con un esquema desigual: lunes, miércoles y viernes se entrega mate cocido (agua hervida, yerba y azúcar); mientras que los martes y jueves se da leche chocolatada (leche con cacao y azúcar). La lógica nutricional de ese esquema ya era cuestionable, pero ahora la discusión adquiere otra profundidad.

¿Por qué no usar ese presupuesto original para mejorar el programa?

Si los fondos ya estaban previstos, y si lo que se quiere realmente es eficiencia, ¿por qué no invertir ese 20% en aumentar la frecuencia de entrega de leche chocolatada? Una opción simple habría sido invertir los días: servir leche los lunes, miércoles y viernes, y dejar el mate cocido para los martes y jueves.

El mate cocido aporta calorías vacías, prácticamente sin nutrientes. En cambio, la leche chocolatada —aunque también lleva azúcar— incluye proteínas, calcio y vitaminas esenciales para el desarrollo infantil y adolescente. En tiempos donde la malnutrición convive con la pobreza estructural, entregar más leche no debería ser un lujo, sino una decisión básica de gobierno.