Día Mundial del Perro: una caricia al alma y un llamado al corazón

Cada 21 de julio el mundo entero se detiene un instante para celebrar a esos compañeros incondicionales que, con solo mover la cola, nos alegran los días: los perros. Desde 2004, esta fecha fue adoptada como el Día Mundial del Perro, no solo para homenajear a los “mejores amigos del hombre”, sino también para recordarnos una realidad que duele y necesita cambiar: millones de perritos siguen esperando una familia que los abrace para siempre.

Con su lealtad desbordante, su mirada noble y sus patitas inquietas, los perros se han ganado un lugar eterno en nuestros hogares y en nuestros corazones. Pero no todos tienen la misma suerte: según estimaciones de la OMS, más del 70% de los más de 300 millones de perros del mundo no tienen un hogar. Son miles los que deambulan por las calles, enfrentando el frío, el hambre y la indiferencia.

Por eso, este día no solo es de festejo: también es de reflexión. ¿Cuántos de esos peludos están esperando una segunda oportunidad? ¿Cuántas historias de amor y lealtad están aún por escribirse?

El Día Mundial del Perro es solo una de las tantas fechas que los celebra. El 27 de julio se conmemora el Día del Perro Callejero, el 23 de septiembre el Día del Perro Adoptado, y el 28 de mayo el Día del Perro sin Raza, porque no hace falta un pedigree para dar amor a raudales. Incluso existe un simpático Día de Llevar al Perro a la Oficina, cada 22 de junio, porque ¿quién no querría compartir su escritorio con una nariz húmeda y un corazón peludo?

Hoy más que nunca, cada ladrido, cada lamida y cada siesta a los pies de una cama nos recuerdan que la ternura tiene cuatro patas. Adoptar, cuidar y respetar a los animales es también un acto de amor hacia nosotros mismos.

Así que en este 21 de julio, abracemos fuerte a nuestros perritos, recordemos a los que ya no están, y miremos con el corazón a los que esperan en los refugios: ellos no necesitan lujos, solo un hogar donde ser amados.