Liberaron el precio del gas envasado: otra medida de Milei que golpea a los que menos tienen

En plena ola polar, el Gobierno de Javier Milei decidió dar un paso más en su política de “libertad de mercado”: eliminó los controles sobre el precio del gas envasado. Desde ahora, las garrafas ya no tienen un precio máximo, y cada empresa puede venderlas al valor que se le ocurra. La medida, lejos de beneficiar a alguien, afecta directamente a los hogares más pobres, que son los que dependen del gas en garrafa para sobrevivir al invierno.

Hasta esta semana, una garrafa de 10 kilos costaba entre $15.500 y $25.000. Pero con la liberación total del mercado, esos valores podrían duplicarse o más, sin que nadie pueda frenarlo. Esto no es una suposición: ya ocurrió con alimentos, medicamentos y alquileres. Ahora es el turno de la garrafa.

El Gobierno dice que lo hace “para fomentar la competencia”, pero lo cierto es que la garrafa es un servicio básico en miles de hogares del norte argentino, donde no hay red de gas natural. En Salta, por ejemplo, familias enteras en zonas rurales dependen de ese cilindro para calentar la comida, bañarse o no pasar la noche temblando.

Esta decisión no solo muestra un profundo desconocimiento de la realidad del interior del país: también demuestra que la famosa motosierra de Milei corta siempre para el mismo lado. Mientras se liberan precios, se congelan salarios, se recortan subsidios y se eliminan derechos. Todo en nombre de un modelo que deja al pueblo a la intemperie, literalmente.

La Provincia intenta sostener un precio social de $15.500, pero sin control nacional, esa medida se vuelve frágil.