Horror, tortura y apremios en la Escuela de Cadetes de la Policía: "Los golpean con tablas que dicen derechos humanos"

Una grave denuncia salió a luz por parte de un hombre que decidió contar el infierno que vivió su hija en la escuela de Cadetes de la Policía de Salta y que por eso pidió la baja voluntaria. El desesperado padre, quien decidió resguardar su identidad, relató los vejámenes a los que fue sometida la joven y resto de los aspirantes, mientras están formándose.

El hombre detalló las atrocidades que suceden en la institución y como nadie hace nada por resguardar la integridad de los jóvenes cadetes. Desgarros, fracturas en diferentes partes del cuerpo, distintas lesiones musculares, golpes con objetos contundentes, violencia verbal, física y psicológica son "pan nuestro de cada día" en la fuerza: "Los chicos se descomponen de tanto esfuerzo, hay casos de desgarros musculares desde la cadera hasta el tobillo, fracturas de rodillas y hombro. los dejan enfermar. Es una mafia ahí adentro. Los hacen quedar abajo de la lluvia, los insultan y todos tiene que permanecer callados, una tumba". 

Asimismo, el angustiado padre apuntó contra dos mujeres de apellido Jaime y Perea quienes se encuentran al mando del grupo de aspirantes, como así también a una Oficial Auxiliar, acusándolas de acoso y tratos denigrantes contra los jóvenes.

Por otro lado y lejos de bajar el nivel de horror que sucede en las instalaciones, el padre de la joven contó que el sadismo llega hasta tal punto que hay dos tablas con la inscripción de "Derechos Humanos", la cual utilizan para golpear a los cadetes del segundo año, en las piernas  y en la espalda cuando no tienen una buena postura. Evidentemente el terror convive en el interior de la "macabra" escuela de Cadetes de la Policía, donde además de todo los hacen limpiar los baños arrastrándose a modo de trapo de piso. 

"Mi hija está con tratamiento psicológico porque no quedó bien", advirtió el hombre, quien además agregó: "Están cagando gente, pese a todas las estrellas que tienen. Yo les digo a los chicos que busquen otra cosa para hacer, pero que no vayan a la Escuela de Cadetes de la Policía". 

La carrera representa un gran sacrificio tanto para la familia como para el estudiante, debido al gasto económico que esto implica. Las expectativas que se cifran alrededor de trabajar para la policía de Salta, termina siendo un calvario al que muchos cadetes deciden renunciar y dejar a mitad de camino debido a los apremios que reciben por parte de los superiores. Incluso cuando piden la baja voluntaria, la institución no permite poner en el formulario los verdaderos motivos, sino que lo encubren bajo la figura de "motivos personales". 

Con información de Fm Infinito